Paseando por Volterra (libre)

Para mi trsite realidad se trataba hoy de un día soleado, los últimos días habian estado cubiertos por nubes intensas que prometían lluvia, cos aque no habia sucedido, y ahora la snubes habian cedido al Sol, precisamente Hoy, de todos los días tuvo que haber sido hoy. Que ténía que salir del castillo a recoger un paquete personalmente, ya que quizas hubiera sido todo un error pedir que llo llevaran al Castillo.
Algo enojada esperé a que se hiciera un poco tarde, esperando asi que las nubes reaparecieran, pero psada una hora no habia ni una mínima señal de nubes en el cielo.
Así que resignada por el clima actual, fuí a mi armario a tomar una capa, tomé una de color vino que tenia unos bordados discretos en la parte inferior, tomé mis lentes, mi bolsa y salí del Castillo.
Comencé a caminar por la ciudad, notando como alguna genete se me quedaba viendodebido a mi atuendo, peor finalmente logré llegar a la paqueteria, el joven humano me entregó una fina caja de madera, le agradecí y salí del lugar, estaba ansiosa por ver el interior de la cajita antes de llegar al Castillo.
Mientras pensaba donde sería correcto verlo, comencé a camianr entre las sobras de las calles hasta llegar a la Plaza que llevaba por nombre el de uno de mis hermanos, me encontré con una banca totalmente vacía y cubierta por la sombra, fuí a sentarme ahi cuando oercibi un efluvio algo peculiar. Se trataba de un humano pero su olor delataba que no era de Volterra, sonreí, quizas...podría entretenerme un rato ya que me encontraba afuera.
Alcé la vista y encontré a una chica sentada a la fuente, la dueña del peculiar efluvio, la observé durante unos instantes.

El Sol no parecia ceder para desaparecer debajo de las nubes o incluso por fin ocultarse y dejar la ciudad cubierta por la encantadora noche. ¿Por qué el tiempopasaba tan lento cuando uno quería que éste marchara con mayor rapidez?...quizas simplemente eso se debiera al ansia que nos consumia lo que hacia los segundos en momentos eternos.
Yo continuaba observando a la chica, una leve y suave sonrisa se dibujó en mi rostro al notar que ella ya se habia dado cuenta de mi presencia, comenzaba a ponerla nerviosa y eso em agaradaba.
La jovencita continuó observándome por algunso segundos, luego se puso sus lentes y sacó lo que parecía un mapa del lugar y se quedó inmovil, peor notaba las miraditas de roejo que hechaba en mi dirección.
Guardé mi cajita en la bolsa de mi abrigo.
Espere algunso minutos hasta que noté que nadie me moví y cambié de lugar, me coloqué en una banca detrás de la chica, pero ahora ya no la veía, simplmente hice como que buscaba algo en mi bolsa, sin perder la atención en ella.

Tiempo de distracción. Mis pasos resonaban en el suelo de la plaza mientras caminaba observando todo el sitio. Cierto que conocía demasiado bien el sitio, pero disfrutaba de pasear a solas unos instantes y eso me permitía meditar. Entré a una elegante cafetería con un letrero llamativo y extravagante. Apenas tomé asiento, el camarero se acercó a tomar mi orden.
Un capuccino-fue todo lo que respondí cuando lo vi alejarse en dirección a la barra. Mis ojos se posaron en una chica que parecía nerviosa y me quedé mirándola fijamente.

Sonreí ampliamente al ver como la chica parecía darse cuenta de mi presencia. El mesero dejó mi orden en la mesita y se alejó de ahí. Aspiré el aroma del café y lo dejé de nuevo en su sitio con un gesto. Desde luego no iba a tomarlo, no sabría a nada para mí. -que insulso aroma. Con que poco se conforman ustedes-pensé para mis adentros.
Capté el aroma de la chica y volví a mirarla. Sangre joven. Su sangre podría atraer a una legión de vampiros enteros si se lo propusiera.
Reí al sentir su nerviosismo por lo intimidante de mi mirada. Claramente alguien ya la había asustado y yo me divertiría más.

De un momemnto a otro la jovencita se paró algo asustada e incluso habia pegado un gritolleno de horror, lo qu eme habia causado una enorme risa, peor no me solté a reir hasta que una vez la vi marcharse.
En eso todo voltearona verme un poc extrañados pero siguieorn sus cmaino.
Yo me fuí aocultar entre las sombras siguiendo con msi sentidos el rastro de la chica.
Pero ahora de una forma más discreta, no quería asustarla demasiado en un comienzo todo era con pasos.
La encontré en una cafeteria, donde me llegó el efluvio de mi hermana, al parecer no era la única que estaba buscando diversión.
Me adentré en el café guiñándole un ojo a Dora, quien no despegaba su vista de la humana, vaya que la comrpendía por que la chica no olía para nada mal.
- tenemos que sacarla de aquí - dije en una voz tan baja que solamente Dora sería capaz de escucharme - iré a sentarme cerca - dije en el msimo tono de voz. Tomé lugar en una mesa a lado de la jovencita y la comencé a mirar.

Escuché el sonido de su música claramente, era de esa música moderna que solo producía ruido estridente y de letras sin sentido aparente. Fruncí el ceño por que no podía comprender el ritmo y mucho menos la canción; centré la mirada en mi café y con un simple gesto llamé al camarero: esto ya está frío. Retírelo de aquí y traiga otro igual me limité a decirle sin mirarle. Solo era una excusa para seguir ahí, ya que ni siquiera había bebido nada.
Continué observando todo a mi alrededor y perdiendome entre el aroma al café y los ruidos de conversaciones.
Adelante Sul, hay que divertirnos. Solo mirala, esta aterrada. Ve tú primero, yo te sigo de cerca

Escuhé las palabras de Dora - esta bien, creo que se me ha ocurrido algo - dije algo divertida. De pronto uno de los jovenes se acercó a atenderme, la verdad me daba igual pedir algo, al fin de cuentas no me lo tomaría - un café americano por favor, caliente - ordené evitando ver a la chica aunque me veía tentada.
El café no tardó en ellegar y una vez con él. Me levanté de mi lugar y me acerqué a la jivencita - Buenas tardes jovencita - dije con voz amable y una encantadora sonrisa - eh notado que no paras de observar ese mapa. Quizas te sería má sútil consultar a un guía ¿no te parece? - sugería con voz agradable.

Off: Anne se supone que le hablo en voz bajita a Dora, casi imperceptible y la pasé de largo nada más guiñándole un ojo.

El camarero se acercó a mí con el segundo café que había pedido. Y el que no tomaría, por supuesto. Me estaba divirtiendo en grande mientras la chica seguía exasperada por tener mi mirada siguiendo cada uno de sus movimientos. La diversión fue mayor al ver a Sulpi acercarse a la chica y sentarse a su lado; empezaba a comprender que tramaba y eso acrecentaba la emoción. Sonreí y llegué a su lado calmadamente. Se nota que no eres de por aquí. Un placer conocerte, mi nombre es Anika Dominicci, guía turística de la ciudad.. Les dediqué una sonrisa tanto a Sulpi como a la chica y me quedé ahí a la espera de su respuesta.

La jovencita parecía un tanto molesta, pero no la culpaba después de todo ¿a quién le gustaba que le miraran de aquella manera?.
Miré a Dora con intención y de nuevo devolví la vista la jovencita, yo aun no me había snetado y le sonreí de forma agradable - Bueno jovencita, vea usted que no pretendemos sacar de usted dinero alguno. Somos guias del gobierno - en eso busqué en mi bolsa y extraje de él una de las tantas credenciales falsas, pero que estaban muy bien realizadas. La credencial exponía que era guia de tusistas y tenía mi nombre y el sello de Italia y se la mostré - soy Claisse Montague. Guia de tusitas de esta zona de Italia - me presenté con amabilidad - Verás, nuestro trabajo es encontrar a turistas que se vean perdidos y mostrarles la spartes más bellas de la ciudad. En ocasiones portamos trajes relativos a la ciudad o algo similar. - dije mostrando con un leve movimiento de vista mi capa - si es que te hemos incomodado o asustado, discúlpanos...pero simplemente digamos que es una forma de remorar a Marcus el cazavampiros

Sí, es parte de nuestro trabajo orientar a las personas que como tú, llegan a visitar nuestra hermosa ciudad. Lamento que te hayamos asustado, no ha sido nuestra intención.Le dediqué una sonrisa suave y después continué hablando. En cuanto a las miradas... bueno, la gente de por aquí te mira igual solo que no es tan obvio como nosotras. Por favor, permitenos compensarte por la molestia que te hemos hecho pasar. Permitenos guiarte por esta maravillosa ciudad. tomé asiento junto a ellas y proseguí Acepta nuestra ayuda y comencemos de nuevo para borrar la mala impresión que te ha causado nuestra actitud tan impulsiva

Voltee a ver a Dora cuando esta comenzó a hablar y asentí levemente a su palabras, era como si amabas nos hubieramso puesto de acuerdo con todo esto de una forma telépatica o algo similar.
Traté de omitir una sonrisa victoriosa cuando la jivencita aceptó.
Cuando ella se levantó a pagar la cuenta yo abri mi bolsa para guardar las credencial y ahora sacar la de débito para pagar. - Dora...¿donde crees que sería mejor llevarla?. Nos ha costado un poc de trabajo convencerla pero aun asi...debemos andarnos precavidas - dije casi sin mover los labios, en una voz tan baja que solo ella seria capaz de escuchar. Me levanté y me acerqué a pagar lo que habia consumido Dora y yo. Me acerqué a la jovencita con paso y gestos cordiales.

Pues hay muchos lugares. Estoy segura que no ha visto la majestuosa torre del reloj por dentro. O quizás quiera visitar las residencias más antiguas de Volterra. dije mostrandome entusiasmada y tratando de contagiar mi ánimo a la chica, después de todo había sido un reto convencerla. Tienes razón Sul, debemos andar con cuidado, no sea que el juego se nos arruine. No quiero eso. dije en un tono de voz imperceptible para cualquiera, excepto para nosotros. ¿Buscas algún sitio en especial, algún lugar que desees visitar antes que cualquier otro? Todo es bello en nuestra ciudad, estoy segura que te encantará mientras dure tu estancia aquí.

Cuando estaba pagando prestaba atención a mi hermana - dime hermanita ¿quién se resistiría a visitar el Castillo?...seguro que se muere de ganas de verlo...pero... - firmé el recibo y recibí de vuelta el ticket y mi tarjeta de credito. Cuando me giré para acercarme a las chicas le dediqué a mi hermana un saonrisa traviesa. Miré a la ventana y el cielo comenzaba a nublarse, esto era un escelente indicio para el resto del día - Ni yo - respondí a Dora antes de llegar hasta a ellas notando que la jovencita nos miraba con atención pero con aire de suficiencia, como todas las jovencitas tontas y huecas, ya me imaginaba yo lo que andaba pensando.
Miré como demostrando atención a la chica mientras decía los lugares que quería vistar - Si...sería toda una pena perderse la visita a aquél expléndido Castillo, lástima que esta cerrado para la visita de cualquiera. - dije fingiendo un poco de tristeza por aquello - aun así, si te interesa ese lugar lo mejor sería que conocieras la interesante historia detrás de la bella Volterra - comencé a salir del café, animando a las dmeás a que comenzaran a caminar por las calles.

-Una verdadera lástima. Ese castillo pertenece a una noble familia de Italia. Como son muy influyentes, su residencia permanece prohibida para el público. al dirigir su vista ante nosotros, no pude menos que sonreír. Genial. La víctima más fácil en mucho tiempo. pero con gusto la llevaremos a otros sitios si así lo desea. Puede estar segura que después de recorrer la ciudad, no querrá irse jamás. Volterra es un sitio de encanto con mucho que ofrecer al visitante. La actuación era uno de mis dones naturales, por lo que verdaderamente parecía una guía de verdad. Algunos de los humanos nos veían cautivados mientras salíamos del café dispuestas a recorrer la ciudad.

Íba caminando con paso lento mientras le hechaba una que otra vista al cielo, al parecer si que se nublaría y eso era todo un encanto para mi.
Escuchaba con algo de entusiasmo las explicaciones de Dora. Vaya que si sonaba plenamente convencida pero la chica no parecía darse por vencida.
Luego de caminar durante un rato me quité la capa dejando entrever mi vestido, debi haber escogido otro atuendo al decidir salir del castillo aunque no tenia ropa mucho más discreta. Escuccé a la chica sobre que éra modelo y no pude evitar soltar una risa baja para mi misma ¿que veían en las modelos de ahora en día? Seguro que un día debería conocer a Heidi, bueno eso si tenía la fortuna de seguir respirando.
- El clima en Volterra es algo impredecible jovencita.Normalmente la ciudad goza de los rayos del Sol aunque últimamente el lugar ha precenciado un clima lluvioso, aun así...eso no le quité belleza a Volterra, simplemente brinda otra perspectiva - dije de manera amable, aunque a mi se me daba menos eso de actuar.