Calles, puerto, sed y sangre

Todo indicaba que esto era una nueva “aventura” o mas bien un nuevo capricho de los amos, por sangre nueva, fresca y de cualquier parte del mundo menos de Europa, ¿y quien era la que tenia que ir a conseguirla? Heidi. Nada más que ella, ni que hablar de molestar a los demás de la guardia cuando me tenían a mí, y según esto, a esto le llamaba: mi empleo. Era al parecer lo único útil que podía hacer en la guardia. Aunque yo era más que eso. Muchísimo más. Y perderme exactamente en este sitio. Vaya lugarcito que me había encontrado hoy.
Deje que mi capucha me cubriera el cuerpo. Era de noche y nadie estaba en la calle, más las tontas prostitutas y los borrachos marineros que iban al bar más popular del puerto. Definitivamente aquí podría encontrar algo, no tan bueno pero si que me alimentara a mi y poder llevarle después algo mejor a los Vulturis.
Pero algo en los contenedores que había de cargas llamo mi atención, alguien estaba haciendo lo mismo, buscando comida y había encontrado dos buenas presas. Me acerque cuidadosamente para observar la escena. La chica rubia era una neófita de pies a cabeza. Había sido muy buena al escoger su presa pero aun le faltaba aprender. Cuando termino con estas me acerque a ella con la capucha de mi capa puesta cubriéndome un poco el rostro y aplaudí unas tres veces-Un poco bueno para una novata, pero aún te falta...- susurre con media sonrisa.