Habitación de Athenadora (perdiendo el tiempo) [libre]

Me encontraba en mi habitación disfrutando de la calma que me brindaban las paredes de ese gran sitio. No solamente era un cuarto amueblado, era mi refugio e incluso el santuario de todo lo que solía coleccionar.
Paseé la vista por todo lo que había ahí, los finos muebles y todo cuanto me rodeaba. Mis ojos se posaron en las muñecas que parecían contemplarme fijamente desde los sitios donde estaban guardadas. Algunas de ellas eran tan antiguas que no podía fecharlas pero estaban bien conservadas gracias al esmero y a la atención que ponía en su cuidado.



-Algunas de ustedes son tan viejas que podrían contar la historia de mi vida
Suspiré mientras tomaba una muñeca y volvía a dejarla en su sitio con rapidez.

Estaba en la estancia del castillo. Acaba de terminar de leer un buen libro, o mejor dicho, de releerlo ya que no era la primera vez que mis ojos se posaban sobre el título y contenido de "Orgullo y Prejuicio", sin duda una de mis novelas preferidas.
Caminé hacia la biblioteca para poder dejar en el estante indicado el libro.
Luego de dejar el libro comencé a deambular por los pasillos del Castillo sin destino fijo, mi mente andaba en el mundo de Elizabeth Bennet. Hasta que pasé cerca del pasillo que conducia a la habitación de Doris, fué entonces que s eme ocurrío ir a verla, hacia días que no hablabamos.
En cuestión de segundos me encontré aprada frente a la puerta y toqué levemente con los nudillos - Dora ¿estas? ¿puedo pasar? - dije con un poco de ánimo.

Al escuchar el golpe de nudillos llamando a la puerta salí de mis ensoñaciones del pasado y contesté con voz calmada:
-Claro, adelante. Sabes que eres la única que puede entrar sin avisar a excepción de Cayo, claro está.-seguí contemplando mis muñecas,que para mí significaban mucho. Traían recuerdos a mi memoria de tiempos remotos que no solía recordar.
-¿Orgullo y prejuicio verdad? siempre te pierdes en el mundo de esa novela-mientras abrazaba con cuidado una muñeca. Con Sulpicia podía demostrar mis sentimientos pues ella los conocía bien y eso me daba confianza.

Pasé con paso quedo mientras cerraba la puerta con un delicado movimiento detrás mío - Gracias, pero siempre eh creído que es mejor preguntar, no me gustaría entrar en un momento inoportuno - dije con voz tenue mientras me acercaba a ella aun soñadora.
Abrí grande los ojos y solté una leve risa al escucharla -[color=deeppink} ya vez Dora, que no puedo resistirme a los encantos de ese libro...[/color]- dije con aire soñador - esta tan lleno de sentimientos humanos...de un ambiente tan bello - dije tratando de volver a la realidad, enfocado mi vista en donde la tenía Dora - esas muñecas...vaya que sin son lindas y en sin son una reliquia...tu perdición amiga mia

-Sabes que es una debilidad que tengo. Es como si fueran una manera de recordar los hijos que nunca llegué a tener-sonreí mientras contemplaba a todas y cada una-
Además que constantemente mando buscarlas a cualquier sitio y sin importar lo que me cuesten.-Era algo como una obsesión, pero sin duda era mi afición. Bueno Sulpi, espero que no te enamores del protagonista.-reí afectuosamente mientras la miraba.
¿Qué tan especial es el heroe?

Cuando escuché lo de lso hijos no fuí capaz de ocultar mi tristeza por ello, yo quería un hijo pero Aro no, le habia dicho que no importaba si el bebé era de él con otra mujer o que lo adoptáramos, que para mi lo mejor era adoptarlo, pero él seguia en la negativa al respecto.
Me senté en su cama, que quizas servía para todo menos para dormir.
Alcé la vista hacia ella - si, digo ¿el dinero no es problema para nuestros caprichos?...bueno para la mayoría - lo último lo dije con voz baja, mientas trataba de mostrarme más despierta - me temo que ya lo hice, El Sr Darcy es toda una figura, aunque claro que mi amor por este personaje no es mayor que el que profeso por mi amado Aro

Sonreí. Conocía demasiado bien a mi amiga como para no darme cuenta en que estaba pensando. -Lo sé, quizás el no tener hijos es el precio a pagar por la existencia que tenemos ahora. Siempre quise tenerlos pero nunca tuve la oportunidad. volví a recordar aquel día de mi conversión. Mi antigua habitación en la finca de mi padre y aquel vampiro tan seductor acabando con mi vida humana para hacerme su compañera.Pero ¿sabes? no me arrepiento de ello por que Cayo me ha dado todo el amor que puedo desear. Tal vez no sea lo mismo, pero sé que lo tengo a él y eso me basta. Debo confesar que al principio no lo amaba y tenía rencor por haberme hecho lo que soy, pero lo que siento por él terminó por vencer mi repulsión.
Hice una mueca de disgusto al escuchar sobre sus planes con ese bebé que ni siquiera era seguro. No estoy de acuerdo, ¿soportarías saber que otra mujer, una humana cualquiera estuvo con tu amado? Quizás Aro podría buscar una solución. Estoy segura que lo convencerás; no puede resistirse a complacerte.

Tenía la vista pegada en las bella sy antiguas muñecas de mi preciada hermana, que más que una amiga...mi mejor amiga yo la veía como mi hermana. Conforme hablaba íba dando suspiros. Sonreí a medias cuando Cayo trajo por primera vez a Dora, vaya que si no paraba de quejarse ni un momento.
Me paré de su cama y fuí a abrazarla - Tienes razón... no lo soportaría per quiero un bebé, quiero exprimentar es aparte materna de mi...un bebé adoptado no estaría mal, pero cuando... cuando trato de hablar con él sobre el tema simplemente cambia la converzación o se va disgustado ¿qué hay de malo en que me deje traer a un bebé? - me quejé algo trsite, sintiendo un poc mi voz entrecortada.
Me retiré un poco de Dora y le sonreí - Y si que fuíste todo un reto para Cayo - dije con una mejor voz.

Sonreí al sentir el abrazo de mi hermana mientras recordabamos viejos tiempos; llevabamos milenios juntas y cada día era mejor, nos entendíamos a la perfección y con ella podía mostrarme como soy sin tener que mantener cierto ánimo. Tal vez él no se sienta preparado para tal responsabilidad. Quizás ese sea su temor. Tal vez él tema no poder darles a ustedes todo lo que se merecen. Cierto que no somos humanos, pero sentimos. Me quedé pensativa mientras consideraba las posibilidades para ayudarle, no me gustaba verla con esa tristeza. No iba con su personalidad. Te ayudaré. Y quizás Cayo también interceda para que Aro termine de convencerse. Si eso te hace feliz, estaré encantada de convertirme en tía.
Reí levemente cuando recordaba mis quejas de antes. Tenía razón: para Cayo y para mí había sido un reto, pero seguíamos juntos y yo sabía que siempre lo estaríamos. Hablaré con Aro y entre todos haremos que diga que sí ¿De acuerdo?

Las palabras de mi hermana Dora eran sumamente reconfortantes para mi, como la quería. Tanto tiempo juntas nos habia llevado a conocernos de verdad y comprendernos. Al principio habia sido duro pero al final temrinamos por llevar una excelente relacion. - ¡Oh! ¿hablas enserio Dora? - expresé con una enorme sonrisa en mi rostro - ¿me ayudaras a convencerle?no sabría como agradecerte esto, de verdad cediera o no sería toda una ayuda que tanto tu como Cayo apoyaran la causa...igual no se...igual ...tu terminas igual con un bebé. Aunque estoy segurá que harás una excelente funsión como tía - dije de forma agradable mientras sonreí entusiasta - y quizas tengas razon...a Aro talvez le asuste al idea de tener un bebé

¡Claro que le asusta! solo que es demasiado serio como para que lo reconozca. Ya sabes que su vida ha transcurrido solo en estar contigo y manteniendonos unidos a todos. Le daría pavor que llegara un nuevo ser tan pequeño e indefenso al que no pudiera cuidar como quisiera. Había que darse ánimo, si Sul quería un bebé, haríamos lo posible por que su deseo se hiciese realidad; estaba segura de que si hablaba con Aro podría convencerlo de lo importante que era eso para mi hermana. Pero sigo insistiendo, yo apruebo que el pequeño sea adoptado. Y tendrías que asegurarte de su perfecto estado de salud para que sea alguien digno de nosotros.

Daba mucho credito a la palabras de Dora, tenía razón, quizas le daba miedo tener entre tantos vampiros a un humano y más siendo tan indefenso y es que aunque se pidiera a todos que se mantuvieran alejados de él y que no le vieran como alimento. Cabía una posibilidad de que el instinto llamara. - Tienes razón Dora, tiene que ser un bebé digno de pertenecer a la realeza, un bebé que al mismo tiempo tenga un don...un algo que le haga especial - dije con una media sonrisa

Pero antes que todo ¿Estás segura de poder cuidar de un bebé? Nos educaron para eso, es cierto pero hace mucho que dejamos de ser humanas. Entonces.... ¿Cómo saber que hacer para cuidarlo? Es lo que me asusta, no ser capaces y que entonces te frustres. mi voz se quebró como si quisiera llorar, realmente haría lo posible por ayudarle pero no quería verla sufrir por algo que no sabíamos si sería bueno o malo para todos. Lo principal era que Aro cediera y entonces todo estaría resuelto.
Tengo una idea... ¿Y si lo das por hecho? si trajeras al bebé aún si Aro no esta de acuerdo no le quedará más remedio que aceptarlo. Con todos de tu lado, tendrá que ceder y aprender a ser buen padre.

La voz quebrada de Dora me perturbó un momento, pero eso mismo que ella planteaba en este momento ya me lo habia planteado a mi misma hace ya bastante tiempo Creeme, yo he pensando en lo mismo en numerosas ocasiones. Pero me creo ahora más segura de mi misma, de tener autocontrol sobre mis instintos naturales. Tienes razón en que ya ha pasado demasiado tiempo desde que dejamos de ser huamanas pero...el instinto maternal creo que nunca nos dejará, si ya lo hubiera hecho creo yo, no estaría tan ansiosa de tener un bebé a mi a cargo - dije con voz tranquila y un tanto soñadora por el hehco de tener un bebé a quien poder acunar entre mis brazos y ver crecer a mi lado y al de su padre y sus tíos...de hecho enmedio de toda una enorme familia como lo es esta.
Sonreí algo divertida ante la idea de Athenadora aunque no me convencía de todo, temía que Aro terminara enojándose apesar de que todos aceptaran - quizas funcionaria, pero muchas veces...cuando s ele impone algo a alguien temriná por negarlo aun más y tampoco mi idea es que él termine enojado. Lo que si, es que trataré de que algunos corroboren mi idea. Tengo la certeza de que al final terminará aceptando

Todos te apoyaremos; solo es cuestión de convencer a Demetri, Alec y Jane. Cayo me apoyará si se lo pido. Si Aro decide aceptar al pequeño entonces tendrá una familia que lo amará y lo rodeará de cariño. La sola idea me emocionaba, sin duda Sul sabía como despertar el instinto maternal en mí. Pero de pronto recordé las leyes que nosotros mismos habíamos creado al principio de todo. Ese pensamiento me sobresaltó, aunque me sentí obligada a plantearlo antes de proceder. Pero Sul... tendrías que esperar hasta que creciera para poder convertirlo; no se puede hacer un vampiro tan joven y lo sabes. ¿Crees que podrás aguantar la espera? Sé que ese niño podría unirlos más como pareja, pero debemos tener presentes las consecuencias de esto si todo sale mal. Él haría lo que sea por complacerte, pero lo primero sería ir buscando al pequeño e ir planeando las cosas de manera que todo favorezca completamente tu deseo. En mis paseos por el mundo, sabía de varios orfanatos donde podríamos empezar nuestra búsqueda, el problema sería como ausentarnos sin que pareciera sospechoso y que no mandaran a la guardia entera en nuestra búsqueda. Pensé en varios lugares y en las posibilidades pero ninguna me parecía suficiente.

Dentro de todo ésto íba notando cada vez más entusiasmada a mi hermana, comenzaba a creer que a ella igual le íba agrandando la idea adoptar un bebé para ella, cosa que sería maravillosa. Ambas críaríamos a nustros hijos juntas. Pero si para mí ya era un tanto difícil imaginarme a Aro como padre, se me éra aun más complicado ver a Cayo en ese papel, aunque veía más sencillo que Cayo aceptara complacer a Dora en ese aspecto.
Sonreí ante lo que me decía mi hermana. Era cierto, nosotros mismos habíamo splanteado la regla de que estaba prohibido tener bebés inmortales o niños demasido pequeños, creo que el límite de edad era la de Jane y Alec en su momento - No pretendo transformarlo tan pequeño, le daré la oportunidad de que él elija cuando quiere volverse inmortal. - dije con una leve sonrisa - aunque me dolería verlo sufrir al pasar por la transformación

Me complace ayudarte con tu idea, pero siendo sincera me da un poco de temor si Aro se niega. No me gustaría que su relación se dañara. Sonreí levemente al darme cuenta de que estaba pensando. No imaginaba yo tampoco como sería Cayo si fuese padre. Jamás habíamos planteado la posibilidad y era un tema prohibido entre nosotros, pero el entusiasmo de mi hermana me había contagiado repentinamente y ahora me visualizaba con una pequeña niña entre mis brazos. Ya verás que si todo sale bien pronto podrás tener a tu hermoso hijo acunándolo en tus brazos y cantando para él. Además Aro será el padre más amoroso que podrías imaginar, solo es cuestión de que acepte su instinto paternal Cayo a pesar de lo mucho que me amara sabía que jamás aceptaría la responsabilidad que implica un bebé, así que nunca le había comentado nada y mi instinto maternal que yacía enterrado en lo profundo de mi alma ahora renacía al ver tan feliz a Sul.
¿Y si vamos de compras a las tiendas de bebés? Nunca he ido a una y podría ser divertido para ambas

Di un suspiro ante lo dicho por mi hermana - A mi igual me da miedo, y mucho a decir verdad. Pero no pierdo nada con intentarlo ¿no crees?. Tampoco pretendo hostigarlo pero si busco hacerlo ver desde mis ojos... desde mi corazón mental y mis instintos maternales, quizas así obtenga lo que tanto busco. Aunque para nada me gustaría verme separada de mi amado, eso sería lo último que haría - dije casi en un tono decisivo mientras psaba mi mirada por la bella, lujosa y amplia habitación de mi preciada amiga mientras la escuchaba con antención y entusiasmo - yo creo lo mismo, Aro tiene lo que se necesita para ser un buen padre. Sólo basta con ver a la guardia para confirmarlo. Aunque igual creo que Cayo no sería tan mal padre, me cuesta un poquito imaginarlo pero no del todo ¿o tu que crees querida hermana? - pregunté mostrándole una sonrisa cariñosa.Segui paseandome por la habitación, no para andar viendo a ver que tenía o que no, simplmente por que la sensación de estar en movimiento me relajaba un poco. Hasta que escuché la propuesta de Dora, la voltee a ver rápidamente y en un isntante aparecí frente a ella - ¿tu crees que este bien?, a mi me parece una buena idea pero... no se

¡Ja! ¿De verdad lo crees? Siendo sinceras, yo dudo que Cayo acepte darme un hijo. Nunca planteamos la posibilidad y creo que indirectamente se niega. Para él es demasiado compromiso, pero sería un lazo que nos uniría aún más. En mi vida humana siempre había ansiado con casarme y formar mi propia familia pero cuando Cayo me convirtió en su esposa, esos deseos quedaron reprimidos en mi interior. Era esperanzador ver que mi hermana no quería rendirse hasta tener lo que deseaba y eso me animaba a mí. ¿Te imaginas? Podrías tener un hermoso niño que fuera el orgullo de Aro y si yo tuviese la misma oportunidad creo que me gustaría una niña. Consideré mi sugerencia de ir de compras y sonreí ampliamente. ¿Por que no? Tenemos más dinero del que podríamos necesitar en el transcurso de la eternidad. Además nadie nos prohibe gastarlo. ¡Ánimo! quien sabe que cosas encontraremos ahí

Sonreí algo entretenida ante la palabras de mi hermana, vaya que si ella de verdad no veía posibilidad pero yo sí. Cayo podía ser muy serie y en ocasiones secos, en ocasones me haci apensar que en verda no tenía ni la má smínima compasión por algo o alguien a menos de que se tratara de Athenodora - Quizas si sería un gran compromiso, tanto para él como para ti. Pero yo no veo en este caso un no rotundo, buscal ey seguro encuentras algun resultado verá squ eno pierdes nada y así ambas seríamos madres y tías - dije con voz afable y animada, me agradaba que Dora se estuviera viendo convencida ante esta idea, a la cual yo no le veía absolutamente nada de malo - ¡Si! un niño, sé que a Aro le agradará mucho un niño en el que pueda ver reflejado cierta parte de él, y si Dora...tu te verías encantadora con una niña, siendo como eres serás una de las madres más atentas y cariñosas que alguna vez una niña pudo tener - de eso estaba totalmente convencida, Dora era una mujer de caracter elegante, cariñosa y atrevida, sirmrpe dispuesta a dar todo por su seres queridos y auqneu si tenía algunas veces sus momentos tristes o fúricos siempre lograba apacigüarse - ¡Tines Razón Dora! hay que ir, seguro que descubriremos todo un mundo en aquellas tiendas a la sque suelen ir los humanos - dije contagiada por el ánimo de mi hermana.